Si tus hijos no tienen apego por su abuela, algo no está bien; ésta es la forma de solucionarlo
¿Tus hijos tienen una relación cercana con sus abuelas? ¿Te gustaría que se acercaran? Aquí te doy consejos prácticos sobre cómo acercar a tus hijos a su abuela.
- Tengo la certeza de que mi hijo Santiago es muy afortunado. ¿Por qué? Sencillo: tiene a sus abuelos a un minuto de nuestra casa, lo que le ha permitido verlos cada día de su vida. Sin embargo, mi madre recibe a Santiago cuando sale de la escuela, pues a esa hora yo estoy en clases. Y todo esto les han permitido, al niño y a su abuela, construir una relación realmente maravillosa, donde la palabra abuela ha desaparecido por completo, pues él ha decidido llamarla Mamma.
- Sé que no solo Santiago tiene esa fortuna, pues cada vez es más común ver a las abuelas llevando a los nietos al jardín de niños, acudiendo a reuniones de padres, a actos oficiales de las escuelas y cuidando largas horas de ellos mientras sus padres trabajan.
- Claro está que no todos los niños pueden ver a su abuela cada día, ya sea por la distancia (como nos pasa con la abuela paterna, quien en cuatro años solo ha podido verlo una vez), trabajo, estudios y otras tantas razones que solo cada familia conoce. Como padres, por ello, tenemos la responsabilidad de enseñarles a nuestros hijos a amar a sus abuelas y a ser agradecidos por el amor que les tienen y por la labor que algunas desempeñan en sus vidas, ya que muchas de ellas han asumido el cuidado de nuestros hijos mientras nos encontramos fuera de casa.
- Algunas formas a las que podemos recurrir para que cada vez los niños puedan establecer una relación de confianza y cercanía son las siguientes:
- Cuéntales historias de tu niñez. Los niños no dimensionan a cabalidad el tiempo que pasa, por lo mismo, a muchos les cuesta imaginarse que sus padres también fueron pequeños alguna vez, y una muy buena forma de acercarlos a sus abuelas es hablándoles de las cosas que solías hacer cuando eras niño, de lo que no te gustaba, lo que te costaba y un sinfín de anécdotas.
- Llámala seguido por teléfono. No importa dónde viva tu madre, llamarla seguido trae beneficios para todos: te acercas a ella, le alegras el día haciéndole saber cómo va todo con tu vida y tu familia y, además, a tu hijo le entregas un claro ejemplo sobre cómo respetar y amar a las mujeres.
- Envíale cartas, dibujos o tarjetas hechas por ellos mismos. Es cierto que internet lo soluciona casi todo, pero debemos considerar que las personas mayores no son tan "adictas" a la tecnología, por lo que es importante volver a tomar papel y lápiz para enviarles de vez en cuando una carta. Esto también le permitirá atesorar los primeros dibujos de sus nietos y, con el paso del tiempo, irán viendo la evolución de sus trazos, palabras y amor.
- Invítala a las presentaciones importantes de tus hijos. Cuando nuestros hijos preparan un acto en el colegio es motivo de orgullo y quisieras publicarlo incluso en el periódico para que todos vieran lo talentoso que es tu hijo. Sin embargo, te recomiendo que partas desde tu propio entorno, haciendo partícipes a tu madre de estas actividades
- Visítenla con frecuencia. Esto no quiere decir que te vayas el fin de semana completo a la casa de tu mamá, pero basta con que la visites un día durante el fin de semana y lleves a tus hijos para que puedan acercarse a ella, a fin de disfruten de sus cuidados, atenciones y caricias.
- Déjalos un tiempo a solas. Esto hazlo siempre que sea posible, para que puedan conocerse y reconocerse como parte de una misma familia, contándose historias, viendo fotografías familiares o simplemente compartiendo el momento
- Ser agradecidos. Cada vez que tengo la oportunidad le agradezco a mi madre por la tarea que hace cada día con Santiago. Cuidarlo, mimarlo y amarlo de la misma manera que lo hizo conmigo es impagable. Si es tu caso, cada vez que puedas date un tiempo para agradecerle de alguna manera lo que hace por tus hijos, para ello no necesitas grandes recursos: puedes dar un abrazo, un beso, obsequiar una flor o un chocolate.
- Tener buenas relaciones familiares no solo es saludable, sino que también genera un sentido de pertenencia en nosotros. Ahí radica la importancia de enseñarles a los niños a ser agradecidos con el trabajo gustoso que hacen las abuelas en estos tiempos en que ambos padres trabajan y ellas, de forma voluntaria, se ofrecen a cuidarlos, a estar atentas a sus necesidades y a darles amor de la misma manera en que hicieron con nosotros, de manera incondicional.
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